¡Que gran diferencia,
Hermana querida
Me causa tu ausencia
tu adios, tu partida.
Te fuiste casada
A hacer tu familia
Mi mente, estresada
¡Cuánto molestabas!
¡Cuánto me ofendías!
¡Cuánto me enojabas
Con tus tonterías!
Hoy pienso en un día
Tomando el camino
Ir de pasadía
Y cargar mi sobrino.
No es fácil pensarlo
Tampoco creerlo
Menos aceptarlo
Hasta poder verlo
Pero esa es la vida
Su ciclo constante
El dolor se olvida
Se sigue adelante.
Viviendo conscientes
De que en el futuro
No habrá más dolientes
es algo seguro
Y las despedidas,
Hechas con dolor
Serán sucedidas
Por gozo y amor.
Espero que en breve
El Dios eternal
Descienda y nos lleve
al lar celestial.
Que estemos alla
De nuevo los dos
En donde no habrá
Ni angustia, ni adios.
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